Los clientes de las microfinanzas frente a la crisis Covid-19
ADA publica un resumen de las encuestas realizadas entre los clientes de sus IMF y redes asociadas y las medidas adoptadas a raíz de ellas para satisfacer mejor sus necesidades.
En 2020 la pandemia de la COVID-19 afectó gravemente a la economía mundial y puso especialmente en riesgo a las poblaciones vulnerables. Desde el inicio de la crisis los actores de las finanzas inclusivas, de acuerdo con su misión tanto económica como social, sintieron la necesidad de entender la situación de los clientes de las instituciones de microfinanzas (IMF): ¿Cuáles segmentos fueron los más afectados por la crisis? ¿Cómo reaccionan los clientes ante esta situación? ¿Qué medidas toman para adaptarse a la crisis? ¿Qué soluciones podrían aportar las IMF para apoyarlos?
Para conocer más sobre la situación, el Social Performance Task Force (SPTF - Grupo de Trabajo en Desempeño Social) lanzó una iniciativa sectorial para encuestar a los clientes de las IMF. Con el fin de contribuir con esta iniciativa, ADA brindó apoyo a sus IMF y a las redes de IMF asociadas y ayudó a realizar encuestas en 7 países del Sureste de Asia, África Subsahariana y Centroamérica durante 2020: Bután, Birmania, Ruanda, Senegal, Togo, Cabo Verde y El Salvador. El objetivo de estas encuestas no era solo lograr una visión clara de la situación, sino también informar y actuar.
RESULTADOS
En los resultados se evidencia que la crisis perjudicó a las actividades generadoras de ingresos de los clientes de las IMF: para la mayoría los ingresos disminuyeron y, en consecuencia, se deterioró la situación financiera de sus hogares. Esto se dio especialmente durante los períodos en que las medidas fueron más estrictas y, con mayor intensidad, en las áreas urbanas. Además, la pandemia generó una crisis de inseguridad alimentaria para los clientes de las IMF: muchos redujeron su consumo de alimentos de mayor aporte nutricional y la cantidad de comidas por día. Para hacer frente a la disminución o pérdida de ingresos, la mayor parte de los clientes recurrió, en primera instancia, a sus ahorros; las estrategias de adaptación riesgosas en el largo plazo, como vender bienes, fueron las menos utilizadas.
Teniendo en cuenta estos resultados, las IMF implementaron medidas concretas para satisfacer las necesidades de la población. Por ejemplo, distribuyeron kits con elementos sanitarios o paquetes de alimentos, y ampliaron los plazos para los pagos, entre otras. En el largo plazo, muchas de las IMF planean ampliar su oferta de productos de captación de ahorros, ya que demostraron ser una medida eficaz para aumentar la resiliencia de los clientes frente a los impactos. En algunos países se compartieron estos resultados con los organismos reguladores para nutrir el diálogo y fomentar la implementación de medidas adecuadas de apoyo al sector. Mantenerse atentos a las necesidades para brindar soluciones pertinentes: así se hacen presentes los actores del sector en estos tiempos de crisis.