El riesgo de crédito persistente: ¿una amenaza para la solvencia de las instituciones microfinancieras?
ADA, Inpulse y la Fundación Grameen Crédit Agricole han unido sus fuerzas para supervisar y analizar los efectos de la crisis de Covid-19 en sus instituciones microfinancieras asociadas de todo el mundo, con una periodicidad trimestral. Esta encuesta de abril de 2021 ha sido realizada por ADA y la Fundación Grameen Crédit Agricole, y cada dos meses Inpulse se suma a la iniciativa.
Este seguimiento se realiza cada trimestre desde 2021 con el fin de tener una mejor visión de la evolución de la situación. Con este análisis periódico y en profundidad, esperamos contribuir, a nuestro nivel, a la construcción de estrategias y soluciones adaptadas a las necesidades de nuestros socios, así como a la difusión e intercambio de información entre los distintos actores del sector.
Tras la quinta ronda de encuesta realizada en diciembre, que recogió las opiniones de 74 IMF de todo el mundo, ADA y la Fundación Grameen Crédit Agricole presentan los resultados de una sexta ronda de encuestas conjuntas.
En la segunda quincena de abril de 2021 se recopilaron respuestas de 87 instituciones de microfinanzas (IMF) ubicadas en 47 países de Europa del Este y Asia Central (EAC-25%), África Subsahariana (SSA-29%), América Latina y el Caribe (LAC-25%), Asia Meridional y Sudoriental (SSEA-13%) y la región de Oriente Medio y Norte de África (MENA-8%).
Si bien la mejora generalizada de la situación sanitaria a nivel local ha permitido a las IMF operar con mayor facilidad, los resultados de nuestra última encuesta muestran que estas siguen teniendo dificultades para alcanzar sus objetivos de desarrollo en el primer trimestre de 2021. Las razones principalmente señaladas son las dificultades experimentadas por sus clientes, los cuales se muestran reticentes a suscribir nuevos préstamos, y en caso de hacerlo, se deciden por montos menores que en el pasado. Al mismo tiempo, su perfil de riesgo se ha deteriorado a causa de la crisis, de manera que las IMF tendrán más dificultades para financiarlos.
Esta tendencia generalizada de incremento del riesgo es fruto de la reducción en la calidad de la cartera de las IMF. Lo cual, en 2020, repercutió en las cuentas de resultados de las instituciones con un aumento en la dotación de provisiones y todo apunta a que será nuevamente el caso este año, con la asignación de reservas adicionales y cancelaciones de préstamos.
De hecho, las operaciones de las IMF se han visto reducidas o ralentizadas y, en términos generales, se observa una disminución en el nivel de fondos propios. Una de cada dos IMF, independiente de su tamaño, indica tener necesidades de capital en 2021. De aquí se desprenden dos tendencias. La primera de ellas es que las IMF confían en cubrir las pérdidas derivadas de la crisis con sus actuales accionistas. Y, la segunda, es que esperan que los inversores internacionales apoyen su desarrollo a partir de este año.